La medicina tradicional china asocia cada órgano con un color. La preferencia o el rechazo de un tono determinado puede obedecer a la existencia de un problema de salud. Por ejemplo, una persona que tiende a usar ropa de color verde o, por el contrario, la rechaza, puede tener tendencia a sufrir afecciones hepáticas leves.
El color verde, asociado con la primavera, se relaciona en medicina tradicional china con el hígado y la vesícula biliar. La cromoterapia consiste en dirigir la luz hacia una parte del cuerpo con el fin de curar esa zona concreta. En su aspecto positivo, este color indica armonía y estabilidad, temperamento sereno e inteligencia. Las personas que prefieren este color son equilibradas, con buen humor, compasivas y comprensivas. Por el contrario, cuando la energía de este color está bloqueada se produce aislamiento emocional, pérdida de autoestima, complejo de inferioridad y una inercia inoperante que nos puede conducir a la melancolía.
La terapia con el color verde actúa sobre las palpitaciones, los problemas cardíacos, la depresión, la vista cansada y las cefaleas. Proporciona armonía y empatía, incrementa la sensación de paz y hace que tengamos un ánimos más conciliador. Reduce el estrés y aporta al cuerpo y al alma nuevas energías.
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